El ser humano está diseñado para ser feliz: "buscamos la felicidad y evitamos el dolor". Pero más que evitar el dolor, hay que aprender de él. El dolor es una señal que nos avisa de que algo no va bien y que hay que prestarle atención para establecer nuevamente el bienestar físico, emocional y psicológico.

Del dolor se aprende, nos ayuda a crecer como personas y a evolucionar para conocernos y conectar con nuestro yo interior verdadero. Por lo tanto no hay que tener miedo a enfrentarnos a él.

Aprender a gestionar conflictos y emociones es fundamental para caminar por el sendero del bienestar, del equilibrio y de la felicidad.

A veces nos perdemos por el sendero de la vida y no sabemos ver las señales del camino, por lo que el dolor se hace crónico, lo evitamos, nos bloqueamos, lo negamos, lo justificamos, no le damos salida. Pero siempre, siempre, nuestro organismo que es muy sabio nos avisa para que le prestemos atención. Ese aviso se va a manifestar de muchas formas:

puede ser a través de síntomas físicos como dolor de cabeza, estómago, musculares, etc o bien a través de síntomas psicológicos/emocionales como depresión, ansiedad, estrés, fobias, miedos, abusos de sustancias etc.

Todos estos síntomas nos dicen que no hemos prestado atención a las señales de nuestras vivencias del día a día. Cuando el dolor tiene un origen orgánico acudimos al médico, cuando el dolor tiene un origen emocional/psicológico acudimos al psicólogo.

La figura del psicólogo está cada vez más reconocida y presente en nuestras vidas. El psicólogo es el profesional que nos reconduce por el camino del bienestar y la felicidad, es el profesional que oye de forma activa; siempre trabajando en equipo paciente-psicoterapeuta. Nuestra finalidad como psicólogos es promover y restablecer la salud psicológica, mejorando el bienestar emocional y la calidad de vida saludable en adultos, parejas, familia, adolescentes y niños, de manera eficaz, humana y lo más breve posible.

Entendemos que cada persona es única y diferente a los demás, por lo que cada tratamiento es único y personificado, centrado en la persona que lo demanda y avalado siempre con conocimientos científicos.

La terapia psicológica o psicoterapia es el espacio en el que el paciente y el psicoterapeuta centramos nuestra atención y nuestros recursos en identificar las dificultades del paciente que éste quiere superar, fijar objetivos y encontrar los métodos y técnicas que permitan alcanzarlos.
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